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Mostrando entradas de julio, 2018

A La Altura de tu Amistad (dedicado a Roberto y Tatiana)

Afuera, gris el horizonte, entreverado con el cielo, Cruzan gaviotas en vuelo y sobre la isla retornan, Así nuestra charla ronda, y el mate resonga, como tango sin canción, disfrutando del fogón, que vuestra amistad corona. Sin pensar en la hora, Que se iba despacito, Dimos vuelta el matecito, Continuando la reunión. A siete pisos del suelo, y con la playa a nuestros pies, Olvidamos el estrés, Que la vida te ocasiona. Entre salado y chocolate, Hablamos tambien de arte, viajes, poesía y canción, Acomodado en el sillón, daban ganas de quedarte. Ya la noche estaba, y el mate cerró su boca, Pero queda en ésta nota Plasmada para el recuerdo Una amistad a la altura De Tatiana y de Roberto.

Un Abrazo Entre Lágrimas

Un Abrazo Entre Lágrimas dedicado a mi gran amigo Omar Noble Querido amigo... porque así te siento, Vine a verte y me voy contento, Por la dicha que hoy te toca, De reinventar tus noches, Y amanecer cada día, Con esa hermosa cosquilla, Que un nuevo amor provoca. El brillo de tus ojos, Y el temblor de tu voz, Acompaña un corazón, Lleno de sueños, que gozo. Con tu cielo blanquecino, Y tus cristales empañados, Brotan versos y poesías, Cómo el joven de aquellos años. Para alentar ese amor, Que hoy te ha cautivado, Y que prometes cuidarlo, Para que dure cien años. Porque tu felicidad, Es la mía. Y porque míos, Son tus remansos. Los pliegues de tu piel, Marcados por los años, De esfuerzo y sacrificio, La Pucha que las has pasado!!! No podrán detenerte, Los que te creían acabado, Porque tu alma está viva!! Y llena de amor para darlo. Querido amigo... Estoy aquí, para vivarlo!! Y para darnos, entre lágrimas, éste abrazo!! Ricardo Ismael. 12 de julio, 20

EL PERRO GAUCHO

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La historia que aquí les traigo, no es una más como tantas, Viva leyenda que canta, por su nobleza y coraje. Porque todo el paisanaje, recuerda al “Gaucho” y su historia, Que vivirá en la memoria, por más que pasen los años, Del pueblo Villa del Carmen, del interior de Durazno. Fue por los años sesenta, cuando su amo se enfermara Viendo que solo quedaba y en la tristeza se hundía Porque Facundo sería, urgente hospitalizado Cruzo bañados a nado, pa’ acompañar su agonía. La soledad lo invadía, y su lealtad pronunciando. “Perro Gaucho” lo llamaban, los botijas del colegio, No muy grande, poco recio, y medio oscuro su pelo. Pues el marchó sin desvelo, desafiando temporales, Para aliviarle los males, al amigo de la vida, Más de diez leguas encima, desalentado y flaqueando. Andaba en el hospital, cabizbajo y en silencio, Con el dolor muy adentro, por no dejarlo adentrar. Lo corrían del lugar, porque perros no permiten, Pero su mirada triste, terminó por convencer, Y lo dej