POESIA DE RICARDO ISMAEL

Nuevo libro de Ricardo Ismael Prefacio:  En el vasto y fascinante mundo de la creación artística, abundan las historias de sueños y esperanzas que se entrelazan con una realidad a veces despiadada. Los artistas, en su búsqueda por compartir sus historias y emociones con el mundo, se enfrentan a desafíos que van más allá de su talento y dedicación. Entre ellos, uno de los mayores peligros acecha en las sombras: la explotación de sus esfuerzos y la usurpación de sus creaciones.  Este relato se sumerge en el oscuro territorio de aquellos empresarios inescrupulosos, ávidos de dinero y fama que, a lo largo de la historia, han encontrado en los sueños de los creadores genuinos una oportunidad para satisfacer sus propios intereses. Aprovechándose de las ansias de reconocimiento y la pasión de los artistas, estos individuos han tejido una red de engaños y manipulaciones que amenazan con destruir los cimientos mismos de la expresión artística.   Nuestro protagonista, José Cantador, encarna la l

  En el rincón secreto de la mente, los amores se entrelazan, coquetean, donde el corazón se viste de tinta, amantes de papel, su pasión entregan. Palabras que susurran como el viento, historias que crean un mundo perfecto. En las páginas blancas de un libro, se encuentran en letras, en versos estrechos.   Letras en danza, se abrazan con arte, cada coma, un suspiro guardado. Como amantes que bailan en la noche, en un rincón del papel se amaron.   Cada palabra es un beso robado, dos almas perdidas que el destino trenza. En un romance prohibido, el poeta y su musa, en las hojas se besan.   Enlazando destinos, creando canciones, en las líneas se entienden sin mirarse. Amantes de papel, en letras susurran, se aman en silencio, sin tocarse.   El poema es su refugio, su secreto, el lazo que el tiempo no puede romper. Amor eterno que nunca se turba, una historia de amor, que no se deja vencer. RICARDO ISMAEL  

 

En el suave susurro del tiempo, encontramos la razón que reclama paciencia, tejida como hilo de oro en el tapiz de nuestras vidas.  ¿Acaso sabes por qué debemos aguardar con calma aunque el corazón late con impaciencia? Porque en cada rincón de la existencia, hay un tiempo determinado, un compás que danza con las estrellas y las estaciones.  Así como la amistad requiere su paleta de momentos compartidos,  el logro de metas es una sinfonía, que se compone con las notas del esfuerzo constante. En el eco de palabras eternas, descubrimos la riqueza de la paciencia, un tesoro que trasciende las limitaciones terrenales.  Observemos el ejemplo de aquellos que caminan con serenidad,  enseñándonos la virtud de esperar, confiando en que cada paso tiene su propósito en el rompecabezas de la vida. Contemplemos la creación que nos rodea, donde los ríos fluyen con calma y los árboles crecen con majestuosidad pausada.  Aquí, en esta sinfonía natural, podemos aprender a ser como las estaciones, abraza

En la quietud de un hogar de ancianos, un hijo llega como llegan todos, su padre, sombra de lo que fue, su memoria, se desvanece de a poco. Incoherencias danzan en sus palabras, como hojas que se lleva el viento en las jornadas.  Recuerdos que se entrelazan en un rincón de su mente, como hilos de una historia, que se va haciendo ausente. Camina lento con ausencia en sus ojos, y en el vaivén de sus pensamientos, susurra historias de antaño perdiéndose entre sueños temblorosos. El hijo se quiebra, más persiste en la esperanza, traer a su padre de vuelta, como repatriar a un patriarca, de las sombras que lo acechan, de su mente cansada, de su desánimo, como un tatuaje en su alma. ¿Qué te ha pasado mi viejo, que el eco de mi nombre en tu mente se desvanece? Si en las arrugas de tu piel duermen mis historias, que a pesar del tiempo no envejecen. "¿Quién eres tú?", inquiere el anciano, entre murmullos y risas que se disipan en vano.  El hijo, en su pecho, lleva la carga pesada, de

En la noche de ensueño, los sueños se despiertan, cuando el corazón susurra y el alma se adentra. Se entrelazan los anhelos, en un baile celestial, donde el amor florece, sin medida ni final. En los sueños te encuentro, mi amante ideal, nuestros cuerpos enlazados, en un abrazo sensual. Bajo el manto de estrellas, nos perdemos sin cesar, en un universo propio, donde solo existe amar. En cada verso escrito, se dibuja tu sonrisa, mis labios te recorren, en una danza precisa. Somos dos almas fundidas, en un fuego ardiente, donde cada caricia nos lleva a otro continente. En cada sueño susurrado, te encuentro a mi lado, dibujamos un romance, en un lienzo enamorado. El tiempo se detiene, cuando tú y yo nos encontramos, y en cada latido juntos, nuestros corazones palpamos. Así que en los sueños abrázame con pasión, que cada instante vivido sea una dulce canción. Porque en ese mundo onírico, donde todo es posible, nuestro amor se hace eterno, inmortal e invencible. Ricardo Ismael

  Se moría la tarde con sus sombras estiradas, y la música de los grillos, eran un canto a la vida bajo aquel coronillar. El arroyo a nuestros pies desfilaba en silencio, mirándonos de reojo, sin prisa alguna por llegar. Y fue allí cuando te tomé de la mano, Y nos tumbamos en la hierba mirándonos enamorados Un manto de estrellas nos habló al oído, y en susurro pleno, nos dijo... Dile, te amo... Y los dos al mismo tiempo nos besamos, entre luciérnagas que bailaban en derredor, Iluminando el campo, que era solo para los dos. Recortando el cerro la luna llena asomaba, Y su luz alumbraba toda aquella pasión, que a orillas del Lunarejo nos prodigamos tú y yo.

  En el vaivén de la vida, caer y levantarse, Es el ritmo que nos impulsa a superarnos. Tropezar con obstáculos y desafíos, Pero siempre encontrar la fuerza para seguir. Caerse es parte del aprendizaje diario, Levantarse con determinación es necesario. En cada tropiezo, una lección valiosa, Que nos hace más fuertes y victoriosos. No importa cuántas veces nos equivoquemos, Lo importante es levantarnos y creceremos. Con cada caída, nos hacemos más sabios, Y encontramos el coraje para alcanzar los anhelos. Así que no temas a los fracasos o derrotas, Porque en ellos se esconden grandes glorias. Caerse y levantarse es una danza en la vida, Que nos enseña a nunca rendirnos, siempre persistir. Ricardo Ismael

En un rincón del escenario, el cantor se alza,  sus letras fluyen como río, su voz nunca se apaga.  Con su guitarra en la mano, su pasión desborda,  pero el mundo no entiende y su lucha lo aborda. ¿Por qué no le pagan al cantor de las calles?  El músico, artista, en busca de sus ideales.  Horas de ensayo, sudor y sacrificio,  tras el telón brillante, es un ser sin beneficio. El instrumento, su compañero fiel,  requiere cuidados, reparaciones, para que suene bien.  El transporte al lugar donde ha de tocar,  es un costo que el público no quiere contemplar. El bohemio le dicen, lo llaman sin cesar,  como si el arte no fuera digno de pagar.  Pero el músico es obrero, la cultura es su trabajo,  busca el reconocimiento, no ser objeto de destrato. Así que escuchemos su voz con gratitud,  honremos su esfuerzo, su arte y su virtud.  Al cantor se le debe su merecido honor,  porque la música es vida, y para el musico es amor. noviembre 2023

En el jardín de la vida, muchas flores se marchitaron, en las sombras se perdieron, sus risas y alegrías como pájaros volaron, se esfumaron en el viento, dejando corazones gimiendo  y venas abiertas sangrando. Eran como mariposas por el aire,  llenando de color mi cielo, pero un fuerte viento y cruel las arrancó de los parques, y ahora sus almas vagan sin consuelo. En cada pétalo caído, encontramos su ausencia, abriendo grietas en la tierra buscamos su voz, y en las lágrimas de quien los busca, está el eco de su llanto, pidiendo a gritos que no… La verdad se esconde tras las rejas,  pero el amor no se cansa de preguntar, en cada abrazo, en cada encuentro los niños que desaparecieron, deben regresar. Que la memoria sea nuestro grito, y la justicia nuestra bandera, porque hasta que todo se sepa, no habrá paz ni olvido, en esta tierra.

  En la penumbra de mi mente herida, yo quería olvidarte, pero no podía, más tu recuerdo persistente, como un río incesante no se desvanecía.   Elevé un muro de silencio, una distancia entre tu vida y la mía para evitar ver tu elegante danza, cabalgando en tu corcel, por las mañanas cada día.   Intenté ocultar mi mirada tras un velo de humo, puse ramas verdes ardiendo y me produje un ardor profundo, pues no quería que me vieras en mi desolación más eras en mi carne, un cuchillo afilado y puntiagudo. El tiempo, implacable, marchaba sin clemencia,  mientras el eco de tu risa, me dejó cautivo en la trampa de tu dulce presencia,   Oh, recuerdo invasor, dulce y amargo anhelo, que persiste en mi alma, como eterno desvelo, aunque busque olvidarte, sigues siendo melodía, y el latido que en mi corazón encuentro.   Ricardo Ismael

En senderos no trillados, ve sin temor, donde la brisa fresca es tu compañera, no sigas los pasos de otro caminante, traza tu rumbo y deja tu huella sincera.   No vayas adonde el ruido te confunda, donde se ocultan sueños en la maleza, busca la calma, la paz que te renueva, y en cada paso, tu esencia se desprenda.   No temas al vacío del horizonte, el sol se alzará, guiando tus senderos, con paso firme, vence cualquier desafío, y en cada verso, plasma tus pensamientos certeros.   Ve donde el alma encuentra su morada, donde la libertad se vista de estrella, sigue el latir de tu corazón valiente, y en tu poesía, déjate llevar por ella.   No vayas donde ya otros han llegado, forja tu camino, único y sincero, descubre en cada paso tu fortuna, y en cada estrofa, sé un poeta verdadero.   Así, poeta, ve donde no haya camino, descubre mundos con la tinta encendida, en lo profundo, sé fiel a tu destino, y en cada rima, deja tu alma prendida.

    Por eso hablo de ti, en susurros callados, porque en mi corazón guardo secretos sagrados. Tus ojos, luceros que iluminan mi alma, tu voz, melodía que en mis sueños se embalsama.   Tu risa, un destello de sol en mi cielo, tu piel, un refugio, donde encontrar consuelo. En cada palabra tuya, un verso encantado, qué en el libro de mi vida, ha quedado grabado.   Si a veces hablo de ti, con un suspiro en el pecho, es que eres el sueño, que anhelo en cada desvelo. Eres realidad en mis noches, y en mis días el aliento, eres el faro en mi mar, mi eterno sentimiento.   Tus gestos, tus silencios, tus miradas perdidas, son poesía en movimiento, son las horas vividas. Contigo en mi pensamiento, en mi corazón, en mi mente, a veces hablo de ti, porque eres mi presente.   En cada verso tímido, en cada verso audaz, eres la musa eterna, que en mi alma encontrarás. Entre palabras, en mi ser te retengo, porque hablar de ti, es hablar de un amor eterno.   En la quietud de la noche, en l

  En un instante, el sol cálido se oculta, pintando el cielo con tonos de oro y grana, la luna emerge, majestuosa y alta, tejiendo sueños con su luz cercana. Susurra el viento melodías antiguas, que te acarician suavemente las mejillas, y un canto eterno, de notas mágicas y tibias, en el rincón del alma te hace cosquillas. Un instante mágico, fugaz, efímero,  que se escapa entre los dedos como arena, momento único, sublime, verdadero,  que en la mente deja una huella serena. Así, en un instante, el tiempo se detiene, y en él encontramos la esencia divina, es el presente eterno, donde nos sostenemos, es el fluir de la vida misma. En un instante, la vida trasciende,  el universo conspira en suave armonía,  todo cobra sentido, todo se encamina,  y en esa sincronía, el amor se prende. Efímero instante, eternidad se enciende,  recuerdos imborrables quedan en la mente,  el tiempo avanza, pero queda en presente,  y en ese retazo, la vida se comprende. En cada instante, el tiempo va y regresa,

La vida es un regalo que nos han dado, un lienzo en blanco que debemos pintar. Cada día es una oportunidad, dejar atrás lo malo y avanzar. La vida es como una montaña rusa, llena de altibajos y emociones. Hay momentos de risa y alegría, y otros de tristeza y decepciones. Pero siempre hay algo por lo que luchar, un sueño por el cual trabajar. La vida es corta, no la desaproveches, disfruta cada momento, sé feliz y agradece. A veces nos perdemos en el camino, buscando respuestas, sentido y destino. Pero la vida es un constante aprendizaje, un viaje lleno de sorpresas y coraje. No temas equivocarte o caer, en cada tropiezo hay algo que aprender. Levántate con fuerza y determinación, sigue adelante, sin vacilación. La vida nos regala momentos valiosos, amor, amistad, instantes hermosos. Aprovecha cada abrazo, cada sonrisa, y llena tu corazón de dicha y felicidad. Recuerda que eres dueño de tu destino, toma las riendas y camina sin parar. La vida es un regalo que debemos valorar, vive inten

La mujer del poeta, en su mundo de tinta y papel, enamorada y celosa de cada verso, que él revela. Sus ojos escrutan cada palabra con anhelo, temerosa de perderlo en su universo de letras. Siente envidia de las musas que inspiran su pluma, deseando ser la única dueña de su inspiración. Pero comprende que su arte es su alma en espuma, y respeta el amor que le brinda a su creación. Ella sabe que sus versos son un reflejo del amor, de las pasiones y los sueños que habitan en su ser. Y aunque a veces sienta celos, no hay rencor, pues en cada poema encuentra razones para querer. La mujer del poeta entiende su necesidad de escribir, y con paciencia y admiración, le brinda su apoyo, porque sabe que, en cada verso, él la hace vivir, y juntos construyen un amor eterno, sin despojo. Ricardo Ismael

 

¿Cómo te lo digo?, amor, si en mi pecho las palabras se anudan sin razón, si mi voz se deshace en un suspiro y mi boca se inunda de emoción. Intento expresar lo que siento, pero el verbo se niega a obedecer, se esconde entre las letras del silencio y se pierde en el eco del querer. ¿Cómo te lo digo?, si mis versos se enredan en el laberinto de tu ser, si mis rimas se confunden en tus ojos y se pierden en el mar de tu piel. Es difícil encontrar la melodía, la cadencia perfecta para expresar, pero en cada verso encuentro el camino, para decirte que siempre te he de amar. ¿Cómo te lo digo?, si en cada intento mi voz se desvanece en el aire, si las letras se deshacen en el viento y mis palabras no pueden alcanzarte. Pero el lenguaje del amor es eterno, trasciende las barreras del decir, y aunque mis versos sean torpes y sinceros, en cada uno de ellos te hago existir. Y así queda mi poema, incompleto, una muestra humilde de mi devoción, porque cómo te lo digo?, amor, lo siento, pero no hay

Me hueles a viento, en el susurro del mar, en las flores que bailan, en el amanecer al despertar. eres fragancia que invade mis sentidos, aroma embriagador que me tiene cautivo.   Tu esencia despliega en el aire, un susurro perfumado en el que vibra mi ser. cada inhalación es un viaje a tu mundo, perfume eterno que nunca dejaré.   Me hueles a café por las mañanas, a sueños frescos que el alma empaña, a versos suaves recitados al oído, a instantes mágicos, que han quedado sin olvido.   Me hueles a recuerdos, en las risas compartidas y los momentos tiernos, que nos regala la vida. Me hueles a latidos, en medio de mi pecho, Cuando me dices te amo y me pierdo en tus espejos.   Me hueles a lluvia y a libertad, a horizontes abiertos en la inmensidad, a brisa marina que acaricia mi piel, a besos salados bajo la luna de miel.   Me hueles en el aire que respiro, porque eres el aroma que envuelve mis sentidos. En cada aliento, eres mi dulce adicción, la fragancia que me atrapa,

 

                                                             En un universo paralelo, donde el amor y el destino convergen en una danza mágica, se despliega la historia de un amor prohibido.      Érase una vez, en un pequeño pueblo perdido entre colinas, un hombre cuyo corazón ardía de pasión por una mujer de ojos brillantes. Él, el demandante de su amor, se llamaba Gabriel. Ella, la acusada de cautivar su alma, respondió al nombre de Isabella.      Los días pasaron y Gabriel, desbordante de razones y argumentos, decidió tomar acción. Buscó al abogado de la razón, un sabio anciano llamado Avenencia, conocido por su destreza en los asuntos del corazón. Juntos, trazaron una estrategia para ganar el caso del amor.      Mientras tanto, en la oscuridad de la tristeza, Isabella se encontró presa del abogado del olvido, un ser enigmático y sombrío llamado Hastío. Este le susurraba palabras de duda y confusión, intentando convencerla de que rompiera los lazos que la unían a Gabriel. El Hastío

  Mientras la tarde cede su fulgor,   y el sol a regañadientes se retira,   noche y estrellas, testigos del amor,   en susurros y risas nuestra historia inspira.  Caminamos juntos, bajo el cielo encendido,  miradas que se encuentran, en el aire adormecidas,  se entrelazan nuestras manos, haciéndote mía,  mientras la luna asomando, es un canto a la vida.   Tu figura, misteriosa en la penumbra,  acaricia tu cabello la brisa, como un cuento que teje la noche oscura,  sin apuros, caminando a la deriva.  Escribiré tu nombre con tinta de caracolas,  en el suave lecho de la playa, donde los recuerdos se aferran como rocas,  y el mar, envidioso, no podrá nunca, apagar nuestra brasa.

  En los abismos de la tristeza me encontré herido,  por un desamor que me hizo caer. Pero hoy levanto mi mirada al horizonte y encuentro fuerzas para seguir adelante y creer. La tristeza no define mi ser,  es solo un capítulo que a golpes he de vencer. En cada lágrima derramada hay un aprendizaje  y en cada herida abierta, un nuevo coraje. Aunque el corazón duela y el alma llore,  en mi interior renace una fuerza de hermosos colores. No permitiré que el desamor me derribe  pues soy más fuerte, de lo que mi tristeza describe. Cada despedida es una oportunidad,  para encontrar un nuevo amor en realidad. El desamor no es el fin, sino un nuevo comienzo,  donde el amor verdadero, está por venir. Me levanto con valentía y determinación,  dejando atrás, la sombra de la decepción. Soy el guerrero que enfrenta las batallas del corazón,  y el que, en cada cicatriz, se forja una nueva ilusión. Hoy dejo atrás la tristeza y el dolor,  y abrazo la alegría sonriéndole al sol, porque merezco ser amad

  Como un lazo de fuego atropellando en el poniente, donde anidan los miedos, de mi ciudad silente. Un manto de oscuridad  te esconderá unas horas, mientras dormida al sur, esperarás tu aurora. Ay... Montevideo!! tus noches templadas en enero, donde el tambor resuena en las calles,  anhelando febreros. Del milongón lubolo, del arlequín artero, de bahía de naufragios, y amores sensibleros. Ay...Montevideo,  disfrutar tus ocasos en Malvin, en el Buceo... entre guiñadas de faros hasta detrás del Cerro. Ricardo Ismael

No siempre el veloz gana la carrera, ni el poderoso la batalla, porque el fragor de la metralla y lo agitado de la prueba, pondrá en su camino piedras,  y un verano tendrá, con invierno y escarcha.  No siempre le va bien  a los que saben y marchan,  o al rico con sus riquezas, porque han de perder la cabeza,  si un imprevisto les cala No siempre el que sonríe está feliz pues vivimos un mundo de apariencias, porque el avance de la ciencia y la moderna tecnología,  nos da una vida vacía,  sin amor ni decencia.  Pero un libro grande nos cuenta  que ya lágrimas no habría, que morirá la muerte algún día y sonreirán con afán, porque este mundo al girar lleno de odio y sufrimiento,  se hunde a paso lento sin detenerse a pensar. Pero nos cuenta, además, que tanto el hambre y las guerras, serán historia en la Tierra  y solo eso serán.  Por eso detente, tan solo un poco a pensar, que el amor y la apariencia, nunca van de la mano, haz las paces con tu hermano y cultiva la amistad.

  ¡¡Que razón tenía Morosoli cuando decía!!... Las arenas del Santa Lucía, sí que son arenas, y sus aguas, andan siempre entre las piedras. Aquí, en la horqueta de Aguas Corrientes bajo una negra alameda y el aroma de los tilos, se mece manso el espejo del río, que en su paso lento se queja. Arrastrando cantos rodados y mojarras desprevenidas, que se escurren por la intención atrevida,  del que el trasmallo maneja.  Como suspendida en el tiempo,  allí quedó la Aero-silla que cruzaba el río,  llena de líquenes viejos,  perpetuando recuerdos idos, como esperando un reencuentro. La playa, rendida a los pies del visitante, como el poeta en este instante,  cual mi humanidad refleja. La humedad en el pajonal quieta, y el sarandisal bailando, me miran deshojando una azucenita de río, y mientras silbo bajito  me dice, que aún me sigue amando. Ricardo Ismael

 Homenaje a Humberto Piñeiro integrante del dúo Los Zucará junto a Julio Víctor González 

Un disco producido enteramente en ARPEGIO PRODUCCIONES, sin más herramientas que mi amor por crear historias y hacerlas llegar a vuestros corazones, pensando que allí harán nido para alegrarles cada momento. Gracias... DERROCHANDO COSTA (autor: Ricardo Ismael) EL PERRO GAUCHO (autor: Ricardo Ismael) POR TUS HIJOS Y TUS NIETOS  (autores: G.Serna/R.Ismael) LOS TITERES DE DAMIAN  (autores: G.Serna/R.Ismael) COPLITAS PA´L EMBUCHAO (autores: O.Noble/R.Ismael) CUANDO BAILO UNA VANERA (Letra y M úsica : Ricardo Ismael) HUMBERTO EN MI RECUERDO (Letra y Música: Ricardo Ismael) LA ARISCONA (autor: Pepe Guerra) MR. CHAPLIN (autores. G.G.Ocampo/R.Ismael)  VALIZAS SIEMPRE EN MI (Autor. Ricardo Ismael) BRINDIS POR MI VIDA (autor: Ricardo Ismael)