LA MUJER DE UN POETA

La mujer del poeta, en su mundo de tinta y papel,
enamorada y celosa de cada verso, que él revela.
Sus ojos escrutan cada palabra con anhelo,
temerosa de perderlo en su universo de letras.

Siente envidia de las musas que inspiran su pluma,
deseando ser la única dueña de su inspiración.
Pero comprende que su arte es su alma en espuma,
y respeta el amor que le brinda a su creación.

Ella sabe que sus versos son un reflejo del amor,
de las pasiones y los sueños que habitan en su ser.
Y aunque a veces sienta celos, no hay rencor,
pues en cada poema encuentra razones para querer.

La mujer del poeta entiende su necesidad de escribir,
y con paciencia y admiración, le brinda su apoyo,
porque sabe que, en cada verso, él la hace vivir,
y juntos construyen un amor eterno, sin despojo.

Ricardo Ismael


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