AMARTE EN EL OCASO

 

Mientras la tarde cede su fulgor,  
y el sol a regañadientes se retira,  
noche y estrellas, testigos del amor,  
en susurros y risas nuestra historia inspira. 

Caminamos juntos, bajo el cielo encendido, 
miradas que se encuentran, en el aire adormecidas, 
se entrelazan nuestras manos, haciéndote mía, 
mientras la luna asomando, es un canto a la vida.  

Tu figura, misteriosa en la penumbra, 
acaricia tu cabello la brisa,
como un cuento que teje la noche oscura, 
sin apuros, caminando a la deriva. 

Escribiré tu nombre con tinta de caracolas, 
en el suave lecho de la playa,
donde los recuerdos se aferran como rocas,
 y el mar, envidioso, no podrá nunca, apagar nuestra brasa.


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