Ay Montevideo!!

Como un lazo de fuego atropellando en el poniente, donde anidan los miedos, de mi ciudad silente. Un manto de oscuridad te esconderá unas horas, mientras dormida al sur, esperarás tu aurora. Ay... Montevideo!! tus noches templadas en enero, donde el tambor resuena en las calles, anhelando febreros. Del milongón lubolo, del arlequín artero, de bahía de naufragios, y amores sensibleros. Ay...Montevideo, disfrutar tus ocasos en Malvin, en el Buceo... entre guiñadas de faros hasta detrás del Cerro. Ricardo Ismael