CUANDO LAS PIEDRAS HABLAN



Tan poco amor acuna el hombre,

que al morir se desvanece,

y en el olvido perece,

hasta su mejor pensamiento.


Como hoja que lleva el viento,

sin tener destino seguro,

se pierde en el aire puro,

del que sincero se estremece.


Más el recuerdo merece,

aquel que no fue mezquino,

repitiendo sus palabras,

y siguiendo su camino.


No vaciles en buscar amigos

da amistad firme y franca,

porque el amor se agiganta.

y se hace peregrino.


Y no pienses que deliro,

cuando hablo del amor,

es que no hay nada mejor,

que sentir lo que escribo.


Cuando la cabeza inclino,

y a las musas me entrego,

mi corazón entero,

afirma lo que digo.


Que si tienes enemigos,

y te los quieres ganar,

ruega a Dios que al andar,

te muestre claro el camino.


Más el consejo Divino,

debieras de seguir,

y así podrás discernir,

de la vida el sentido.


¿ Cuántas veces has tenido,

el honor de defender,

la postura de aquel,

que fiel a Dios ha perecido?


No lo inventes te pido,

no lo imagines tampoco,

porque has de volverte loco,

si el que se va es muy querido.


Más si el tiempo has perdido,

y no te brota un te quiero,

no llores en el cementerio,

no te hagas el dolido.


Hipócrita, fingido,

el que murió no siente nada,

ni flores, ni piedras de punta redondeada,

le harán saber si lo has querido.


Ni al cielo, ni al infierno se ha ido

no está consiente de nada,

más no le escribas nada,

porque su alma se ha ido.


Si entiendes lo que te digo,

no esperes a que se vayan,

anda, ama en vida,

Después, las piedras hablan.


Comentarios

Entradas populares de este blog

HUELLAS EN EL UMBRAL DEL AYER

DE MIS ARPEGIOS

El Testigo fiel