VALIZAS SIEMPRE EN MI

Dedicado a mi amigo Emilio Silva Méndez (el negro). Esta es su historia. 
Al marcharte creí morir,
fuiste el amor de mi vida,
mi corazón destrozado,
y mi alma desvanecida.

Buscando en mi pecho herido,
desesperado una salida,
encontré un paraíso eterno,
en las dunas de Valizas.
Su luna enamorada,
de mi soledad perpetua,
murmullo de lobos, en la playa desierta,
me cuentan los secretos, que su aldea encierra.

Gaviota fugaz, que por sus dunas viajeras,
desparrama  los sueños, que harán desanclar las penas,
por un amor olvidado,
y por un amor nuevo, que llega.
Cachimbas desbordadas,
de amigos que por mi se juegan,
mojan mis pies descalzos,
encallados cual galeón en la arena.

La chalana pescadora,  
que por el arroyo pasea,
me cuenta que no estoy solo,
que no es tan agitada, la mar que mi vida lleva.
La luz del amor,
por fin brilló en la esteña,
mi madre aún conmigo, 
para besarla y quererla.

La infaltable Viruta, perra fiel, 
casi mi dueña,
Pedro, pepino, y el árabe, 
amistad ciega que nos enreda.
Tejiendo lazos, 
atando trenzas,
pues el camarón se escapa,
si le aflojamos la rienda.

Mi vida está aquí,
de frente al viento,
con el océano y su gemir 
con las noches estrelladas,
la bohemia y su latir,
y mis sentidos que luchan
para no olvidarte nunca
Valizas siempre en mi.



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