ECOS DE SERENIDAD

En el otoño de su vida, como un árbol que ha presenciado el paso de las estaciones,
se alza una mujer, bella y delicada, como una rosa en medio del vendaval.
Sus ojos reflejan la experiencia, la sabiduría acumulada a lo largo de los años,
mientras las mariposas revolotean a su alrededor, como los sueños que aún aguardan su momento.
 
Ha conocido las batallas, las luchas que marcan el camino de todo ser viviente,
pero también los triunfos, las victorias que han esculpido su rostro en una serenidad sublime.
En cada arruga se esconde una historia, en cada gesto una lección de bondad,
ella es el testimonio vivo de la gracia que se obtiene al recorrer el camino con valentía y amor.
 
Que su paso por esta tierra sea como el baile de las hojas en el viento,
suave, fluido, lleno de gracia y belleza.
Que su corazón sea como un jardín en flor, siempre abierto a la esperanza y al amor,
y que las mariposas sigan revoloteando a su alrededor, recordándole que los sueños nunca mueren.


 

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