ROMANCE DORADO


Bajo el cielo de Rocha al amanecer,

donde el sol y los palmares se encuentran,

nace un romance eterno, sin temer,

entre la luz y las hojas que se trenzan.

 

La palma butiacera, tan delicada,

se inclina ante el sol con devoción,

es la odorata, enamorada,

que extiende sus hojas y se vuelve canción.

 

El butiá de los palmares, testigo fiel,

guarda secretos del viento y el mar,

mientras mi corazón, palmareño y cruel,

late al ritmo de este eterno cantar.

 

La diagonal apariencia del horizonte,

pinta un lienzo de colores en la piel,

mientras el sol, que con su rayo desponte,

guía nuestro sendero hacia el edén.

 

En este sueño bucólico y sin edad,

donde la naturaleza y el amor se abrazan,

encuentro mi inspiración, mi verdad,

para escribir versos, que en mi alma se enlazan.

 

Ricardo Ismael

 


Comentarios

Entradas populares de este blog

HUELLAS EN EL UMBRAL DEL AYER

DE MIS ARPEGIOS

El Testigo fiel