CUENTA PENDIENTE

A mi padre

Papá, en este relato quisiera decirte,

todas las cosas que no supe decirte cuando niño,

tal vez porque me diste un mundo de alegrías,

sin complicaciones, todo fantasía,

pero no sentí tu amor, ese amor que se lleva en la piel,

y el beso a flor de labios o el abrazo fraterno,

del amigo que no tuve.

Pero no te culpo, había que trabajar,

sin importar el precio, 

que para ello tuvieras que pagar,

tal vez porque ahora entiendo la responsabilidad de ser padre,

o tal vez porque ahora entiendo que te necesito,

necesito sentirme hijo, para aprender a ser Papá,

como el papá que no tuviste para que te aconseje como educarme.

Pasaron años para darme cuenta que existías,

tus palabras eran vanas,

pero pase los treinta, y para hablar de amor no te quedan ganas,

aun recuerdo aquel partido de fútbol que jugamos,

y aquella tarde de cine que pasamos,

si bien fue la única, es el mejor recuerdo que tengo de tí,

pero había que trabajar, sin importar el precio,

que para ello tuvieras que pagar.

En mi memoria no tengo infancia, por más que me esfuerzo,

solo veo en mi, tu espalda sobre la bicicleta,

levantando la mano al doblar la esquina, hasta que te perdías,

para encontrarme dormido a tu venida.

El tiempo pasó, y me faltaron tus caricias,

pero me doy cuenta que me diste amor a tu manera,

y que por sobre todas las cosas, estaba yo,

y que todavía estamos a tiempo de abrazarnos y gritarnos

!!Te quiero!!

Papá, en este relato quería decirte

todas las cosas que no supe decirlo cuando niño,

y quería darte las gracias por ese mundo de alegrías

sin complicaciones, solo fantasía.

Comentarios

Entradas populares de este blog

HUELLAS EN EL UMBRAL DEL AYER

DE MIS ARPEGIOS

El Testigo fiel